domingo, 21 de diciembre de 2014

Wwoofing Lisarow: post 2

Otra semana detrás de mí y más cosas para explicar!
Con una receta que me pasó una amiga mía, hice cheesecookies para los niños que adoran todo tipo de galletas y pasteles; así que si tenéis ideas y recetas, no dudéis en pasarlas! También fuimos a hacer snorkelling a una de las playas más turísticas de Golden Coast (obviamente lo de ser turística no significa que sea la más bonita, sino la más cara). Fuimos con Emilia (la vecina) y sus dos hijos. La mar estaba bastante cabreada así que aparte de agua turbia no se podía ver mucho más… Y en las rocas donde normalmente se divisan los peces, las olas golpeaban con fuerza así que era peligroso acercarse. Aún así yo era feliz con mis gafas y tubo (que por cierto me he traído el set des de Olot, qué freaky, no?) nadando de un lado para otro al ritmo de las algas, que se movían elegantemente bajo las aguas. Eso sí, salí tiritando del mar y Emilia se compadeció de mí y me compró un Hot chocolate. También compró unas cuantas patatas fritas para compartir entre todos. Este sábado volvemos a ir y los niños tienen muchas ganas de repetir aunque todos esperamos que el tiempo nos acompañe mejor.
La playa, con Tom y Harry. 


Tengo una buena anécdota para contar del domingo… Estaba lavando la piscina (limpiando el suelo con una aspiradora así rara especial para piscinas. Ni idea de que existieran estas cosas) cuando hice un paso para un lado y noté que no encontraba apoyo. Me caí en un espacio que había entre las maderas que forman la plataforma donde está construida la piscina. Así que en cuestión de segundos un enorme morado empezó a formarse a lo largo de mi pierna izquierda. No soy la que estrena esta caída; Michelle se cayó en el mismo sitio el año pasado, pero creo que yo tuve más suerte que ella que tuvo que estar tres semanas sin mover el pie. En cambio lo mío sólo han sido 20 minutos de levantar la pierna poniendo un poco de hielo encima de la herida and… Back to work!
De este arbol cojo las hojas y me hago una buenisima infusion con un ligero sabor a limon. 


La piscina. Es muy divertido jugar en ella con los cuatro chicos. 
No sé si os llegaron las “breaking news” del lunes en Sydney, donde un gihadista cogió como rehenes todos los clientes del Lindt café que se encuentra en el centro de la ciudad. Aquí lo llamaron “the Sydney’s siege” y causó mucho impacto sobre toda la población porque los actos terroristas son muy raros en Australia, algunos ciudadanos estos días lo han descrito como algo “inconcebible”. Pero sí, ha pasado en  Australia, el país del mundo que se dice que es más seguro se ha visto afectado por el miedo durante lo que duró el atentado (unas 24 horas). Se cerró el acceso a la Sydney Opera House y al Harbour Bridge. Se evacuaron algunos de los edificios próximos al café y se podían ver unidades de policía distribuidas por toda la ciudad. La mayoría de rehenes pudieron escapar. Cómo acabó todo? La madrugada del martes, a las 2 de la mañana, el terrorista empezó a disparar y la policía se vio obligada a intervenir. Murieron dos civiles y el terrorista. La entrada del café está ahora llena de flores y durante unos días lo único que se ha visto en la televisión han sido noticias relacionadas con el atentado: familia de los fallecidos, información del gihadista, la operación policial que se hizo…  Es bastante sorprendente la contundencia y velocidad a la que actuamos cuando estas cosas pasan en nuestro terreno, en un país que creemos que tiene la seguridad escrita en cada metro de tierra. Mientras que en otras partes del mundo (que siempre queremos que estén lo más alejadas posible) actos así son pan de cada día, y a una escala mucho mayor. A veces pienso que la hipocresía que reina nuestra sociedad roza límites. Un ejemplo reciente; estaba mirando el telenoticias en mi casa y se estaba dando la noticia de la enfermera infectada de Ébola. La noticia a continuación explicaba los miliones de personas que cada día mueren de esta enfermedad en África. Me quedé confusa. Es como si nos pareciera justo que una especie de plaga de guerras y enfermedades esté siempre presente dentro de una cúpula de cristal que forma todo lo que llamamos “el tercer mundo”, pero que sea totalmente intolerable que una pizca de los problemas que tienen allí a diario haga acto de presencia en nuestras calles. Quiere decir eso que estamos dando ya una parte del mundo por perdida? Y es que estos días he sentido a decir cosas como “el oriente medio tendría que desaparecer”. Qué clase de convivencia es esa?
El mismo lunes también fui a un mercado local en el que se venden productos de las granjas cercanas. Nosotras llevamos lavandas y vendimos unas pocas.
Casi todas las plantas que se ven al final son de nuestro jardin. Ogullosas de ellas! Aunque despues del ajetreo en el coche para transportarlas hasta alli se han quedado un poco pobres y por eso las hemos tenido que plantar con urgencia. 

El martes los dos chicos grandes no fueron al instiuto porque des de allí se había organizado una excursión y ellos no tenían ganas de ir. Lo que tenía que ser una mañana mirando Interstellar en el cine, se convirtió en día en el shopping centre. Yo me quedé con Tom dando vueltas mientras Michelle y Ben le compraban regalos. Finalmente fuimos a comer a un restaurante tailandés. Yo me pedí un green curry, muy picante por cierto, pero que fue bien para despejar.
El miércoles era el último día de colegio de los cuatro chicos pero Tom prefirió quedarse en casa. Los tres juntos limpiamos el coche por dentro y luego, a modo de  recompensa, fuimos a la bakery a comprar pan de verdad y un pastel (el pastel extremadamente dulce para mi gusto). Michelle aprovechó  para llevar a lavar el coche por fuera y mientras tanto Tom y yo fuimos a un hobbie shop. Es una tienda con toda clase de juguetes de coleccionistas. Allí compramos un puzle de 1000 piezas, que ya hemos acabado por cierto!  Esa noche también “robamos” fuegos artificiales con la mirada. En un pueblo cercano se hacía un espectáculo y de vez en cuando veías como los colores multicolores de los fuegos se deslizaban por las cortinas oscuras del cielo para que se pudieran ver des del balcón de nuestra casa. Cada vez que divisábamos uno, gritábamos. Los niños estaban muy emocionados. Fue bonito compartir ese momento con ellos. Cuando volví a entrar me di cuenta que en los escasos quince minutos que había transcurrido fuera, un mosquito me había picado a cada minuto transcurrido. A partir de ahora tendré el repelente de mosquitos siempre a mano.
Puzle acabado! Precioso, verdad? Seguramente lo enmarcaran. 
El jueves me gustó porque planté mis propias lavandas! Se llama propagation. Coges un pequeño tallo de lavanda y lo plantas para que salgan nuevas raíces y lavandas nuevas que luego puedes usar para plantar por el jardín. Michelle hizo veggieburguers buenísimas y es por eso que le he pedido la receta. A veces tengo la sensación que los niños cuando llegan a casa están demasiado delante de la televisión y por eso me alegré cuando supe que a James le habían regalado por “l’amic invisible” una máquina para hacer globos de agua. Era muy divertido oírles organizar el juego que tenían en mente. Lo bueno de ser tantos hermanos es que enseguida puedes montar equipos. En su caso tenían dos bases, cada una con una bandera y se trataba de robarla y “matar” a los enemigos con los globos de agua.
Michelle siempre hace hacer propagation a cada uno de los wwoofers que les vienen para asi, cuando se van, poder mirar alrededor y tener recuerdos de ellos. 

Nuestro shadehouse se va llenando de plantas. 



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