sábado, 29 de noviembre de 2014

Conservation Volunteer Project; post 1


Empieza un nuevo día y con él, un nuevo proyecto: Conservation Volunteers. Consiste en un voluntariado en parques naturales australianos que estaré haciendo durante dos semanas. Este es el primer post en el que os escribiré lo que vamos haciendo. No será el único!
Me levanté hacia las nueve y puedo afirmar muy orgullosa de mi misma que no he tenido nada de jet lag y que me he adaptado sin problemas al cambio horario gracias a la gran lucha contra el sueño que hice el jueves, al llegar.
Cogí el bus y fui hasta Centennial Park donde había el Meeting Point de Conservation Volunteers. Allí había otro chico alemán y juntos, después de que nos hubieran indicado, cogimos el tren hasta Newcastle (unas cuatro horas). Durante el trayecto estuvimos hablando y conocimos también a un turco australiano que iba detrás nuestro y que entabló conversa con nosotros al oír que hablábamos alemán. Nos dijo “Los dos habláis alemán pero tú (refiriéndose a mí) no eres originaria 100% de Alemania”. Se ve que nuestro nuevo amigo había estado trabajando como guía turístico en Estambul, vendiendo joyas y que había aprendido a distinguir los distintos acentos dentro de una misma lengua. Así que empezamos a hablar con él y nos explicó que había venido a Australia, esperando que su novia de entonces lo acompañara… pero que nunca apareció. La verdad es que es curioso la infinidad de cosas personales que explicamos a personas que acabamos de conocer.
Llegamos a Newcastle donde nos esperaban, y nos llevaron a una casa de la organización. En total somos siete jóvenes compartiendo la casa. Cinco de Alemania, una inglesa y yo. Por lo que he podido ver hasta ahora, los alemanes están un poco cansados de encontrarse siempre con su gente allí donde vayan. A mí, personalmente, ya me va bien así porque tengo la posibilidad de practicar dos idiomas que no domino tanto como el español o el catalán. Los de la organización nos compran los alimentos y nosotros cocinamos conjuntamente. Los fines de semana hacemos nuestro programa y durante la semana trabajamos en parques naturales.

El día que llegamos ya fuimos a bañarnos al mar. ¡Qué lujo! Por la noche los chicos cocinaron spaghetti bolognese (muy buena por cierto). Al día siguiente fuimos a hacer un par de recados para conseguir una sim card australiana y por la tarde al mar. Las playas de Australia son increíbles. Sabes esos momentos, en nuestras playas mediterráneas, cuando vemos que se acerca una gran ola y la esperamos con profunda emoción? Aquí no hace falta esperar, todas son así. Grandes, cargadas de la verdadera y furiosa naturaleza de la gran masa de agua. Con ella trae voces estridentes del fondo del océano, algas que se enroscan desesperadamente entre tus piernas. Tampoco puedes bañarte con la tranquilidad que conoces de la costa Brava, tus ojos inquietos miran aquí y allá en busca de las medusas que habitan en sus aguas. Es por eso que no todas las orillas dan la bienvenida a los bañistas. El mar es otro aquí, no deja que los humanos lo dominen. Y es por eso que raras veces las costas están llenas de enormes edificios o hoteles. Sus aguas no son por todos lados tan dóciles y es por eso que recomiendan bañarse tan sólo entre las banderas amarillas y rojas que señalizan las zonas que están vigiladas. El mar no se acerca tranquilamente con su azul para luego convertirse en espuma blanca al chocar contra la arena; más bien avanza ya pintado de blanco des de unos cuantos metros más adentro. Tengo ganas de aprender a formar parte del vaivén de las olas, de acompasarme al ritmo que marca el mar. No sé mucho de surf (por no decir nada) pero estoy segura que ése es uno de los principios básicos y que por mucha técnica que poseas debes comprender el lenguaje de las aguas, no ir contra ellas o creerte con el poder de dominarlas, porque será entonces que caerás sin remedio una y otra vez, enrabiándote y escuchando, cada vez menos, la voz del mar.
Un cuadro hecho realidad

Sábado por la noche hicimos una barbacoa en un parque que se encuentra cerca de aquí. Cocinamos pinchos de pollo con verduras y además habíamos preparado ensalada y patatas con moniatos (aquí los moniatos se llaman sweetpotatoes, es decir ¡patatas dulces!).
BBQ!

Al día siguiente por la mañana estuve escribiendo un poco y por la tarde fuimos a otra playa que se llama Newcastle Beach. Personalmente es la que más me ha gustado hasta ahora. No hacía nada de viento, no había demasiadas algas y las olas eran enormes. A la que hacías el intento de entrar en el mar, éstas se te llevaban. Así que tenías que encararte a ellas y meterte dentro de su boca para avanzar algún metro más. Pero cuando estaba en la zona media (es decir, donde ves venir las olas pero las puedes superar sin problemas) era tan emocionante que no quería salir. Debía llevar ya más de media hora dentro del agua cuando se me acercó un hombre australiano y, supongo que al verme bastante perdida a la hora de coger las olas y dejarme arrastrar por ellas sin entrar en un remolino, me enseñó how to catch the waves, tal y como dicen ellos. Fue muy divertido y ahora ya puedo decir que sé dejarme arrastrar hasta la orilla por las grandes olas australianas.

El lunes era el día que empezaba oficialmente el programa de conservation volunteers. Ben es nuestro team leader durante toda la semana. Cogimos el coche + remolque y fuimos hasta un pueblo que se llama muswellbrook. Allí cerca hay el glenbawn natural park y nos hospedamos en unos bungalows. Y es justamente aquí, mientras nos estábamos refrescando bajo los aspersores del jardín, que vi mis primeros canguros, a pocos metros de mí, observando. A medida que han ido pasando los días me he dado cuenta que están por todos lados, son como los centinelas del parque donde nos encontramos. Es maravilloso verlos saltar alrededor de tu casita (incluso he visto algunas madres llevar a sus bebés dentro de su bolsa). Sabíais que el método de desplazarse de los canguros es el que menos energía gasta? Hace mucha gracia verlos.
El coche con el remolque. Muy confortable no es pero te hace sentir aventurera!

En el parque natural de Glenbawn

Our team!
Canguro a la vista!

Nuestro bungalow

La jornada de trabajo del martes empezó levantándonos a las seis de la mañana para salir a las siete. Puede parecer temprano pero la verdad es que lo agradeces si así evitas las horas de calor insoportables del mediodía. Nuestra primera labor consistía en ir a un parque donde hacía algunos años habían plantado árboles en el National Tree Day. Entre los árboles habían crecido malas hierbas que tenían que ser arrancadas para que las plantas típicas del lugar pudieran crecer. Luego tomamos morning tea que en mi caso consistió en plátano y ciruelas (sí, hay ciruelas, recordad que estoy en primavera!). Seguidamente fuimos a otro parque donde han crecido unas plantas que también se lo comen todo. La mejor manera para arrancarla es coger sus ramas y enrollarla como una manta hasta llegar a su centro. Entonces cortas el tronco principal y le aplicas un veneno para que no vuelva a crecer. Trabajamos otras dos horas y después comimos. Después de comer trabajamos un poco más para asegurarnos que no quedaban malas hierbas y luego volvimos al bungalow . 
Trabajando ;) 
Esa noche hicimos Crêpes (fue idea mía) y quedaron buenísimas. En el centro había infinidad de cosas para escoger: verduras, nutella, plátano, manzana, miel... A gusto de cada uno! Todos lo disfrutamos un montón, así que ya veis que nos alimentamos perfectamente!

viernes, 28 de noviembre de 2014

Mi llegada

Justo en este instante, estoy cometiendo el mismo “error” que hizo, según una historia bíblica, la primera mujer de la Tierra, Eva. Estoy comiendo una manzana roja en un paraíso que se llama Royal Botanic Garden, en Sydney. Pero en mi caso no me arrepiento y lo repetiría una y otra vez… Pues sí, he llegado bien, sana y salva! Voy a explicaros como ha ido un poco todo:  

Cogí el vuelo des de Barcelona hasta Londres Heathrow (unas dos horitas).  Ya des de entonces, a la hora de despedir mis tíos, mi amiga y mis padres fue como si un sueño empezara.
Atardecer que me ofreció el cielo de Barcelona antes de despegar. Energía positiva. 

Des de Londres tuve que esperar al próximo avión que llegaba hasta Singapore. Intenté caminar el máximo posible porque me esperaban nada menos que 12 horas sentadita…Haciendo cola conocí a un hombre australiano, primer contacto directo con esa lengua suya! Y bueno, de momento los entiendo bastante bien!
Una vez dentro vi que mi asiento (48E) ocupaba una posición central, por lo tanto no tenía acceso libre al pasillo/lavabos cuando yo quisiera sino que tenía que preguntar amablemente si me dejaban pasar. Lo más sorprendente del vuelo fue que estuve durmiendo casi todo el trayecto! Ni yo misma me lo creía! Llegamos al aeropuerto de Singapore. Me sorprendió  el hecho que el suelo estuviera todo cubierto de moqueta. Volvimos al avión. Siete horas quedaban; durante ese tiempo vi Boyhood (película muy recomendable!) y dormí un poco más. (Tengo un poco la sensación de ser marmota). Pero mejor pasar el viaje así que no aburrida sin saber qué más hacer, no? Finalmente aterrizamos en Sydney y me di cuenta de lo que significa “la otra punta del mundo”:  no se recomienda para hacer una “visita relámpago”. Durante el vuelo nos habían repartido unas hojas con preguntas tipo: motivo del viaje, productos que entras en Australia etc etc. Aprendí que se debe poner “no” a todo: marqué “sí” en la pregunta “¿entras algún tipo de fruta en Australia?” y obviamente se quedaron la mandarina y el plátano que me quedaban. También pasaron una hoja sobre el Ébola donde debías indicar si en los últimos 21 días habías estado en algún país de la lista a continuación. Me puse bastante nerviosa pensando que uno de ellos sería España… Pero sólo se trataba de países africanos. Prueba superada. 
Os acordáis del hombre que os he hablado antes? Nos volvimos a encontrar antes de pasar por inmigración, (donde no tuve ningún problema por cierto), y a la hora de recoger maletas. Entonces me dijo “Voy a coger un taxi para que me lleve a casa. Quieres venir y así  te dejamos en tu hostel y no tienes que ir en tren ? ”. Fue como si Australia me estuviera dando la bienvenida y hubiera enviado a alguien para recogerme para así hacer que mi primera impresión del viaje que estaba emprendiendo fuera inmejorable. De esta manera, paso a paso, voy conociendo la magia de viajar sola: you are travelling on your own but you are not alone. Debo añadir que tener esta primera experiencia hizo que me cargara de seguridad ante todo lo que me espera. Nos sentamos a tomar un café, él fue a coger un mapa y me enseñó los lugares que podía visitar durante el día (ahora estoy en uno de esos). Seguidamente subimos a un taxi y me dejó en la puerta del hostel. Una vez allí nos despedimos y nos intercambiamos el contacto. Él continuaba su trayecto hasta su casa. No sabía cómo agradecerle por haber hecho que mi llegada a Asutralia fuese mucho más personal de lo que yo esperaba.
Eran más o menos las 9 de la mañana cuando llegué al hostel y no podía entrar en mi habitación hasta las 13:30 teóricamente. Eso ya lo sabía pero aún así me dejaron duchar (cosa bastante necesaria) y quedarme en la sala de estar. Lo que hice también fue ir a comprar un adaptador de la corriente y comida para poder comer en la cocina del hostel. Gran sorpresa la mía cuando entré en un “7 eleven” (supermercado de Australia). Era tan grande y había tantas cosas que me pasé bastante rato dando vueltas a ver qué compraba. Me tomé el lujo de comprar un kiwi de Nueva Zelanda. La sensación al tomarlo fue rara: en España, Nueva Zelanda te queda muy lejos, en cambio en Australia está a dos/tres horas en avión.
A la hora de comprar eras tú mismo el que pasabas los productos por el lector de barras, los depositabas en la bolsa de plástico, introducías la tarjeta, pagabas y ¡compra hecha! Todo ello interactuando con una máquina.
Volví al hostel y comí un poco. Se hicieron las 13:30h y mi habitación aún no estaba preparada. Como que no tenía ganas de esperarme eternamente decidí ir a hacer un poco la turista siguiendo el mapa que me había facilitado mi “guía”. Os voy a ser sincera, estaba cansadísima y de tanto en tanto me iba viniendo un sueño que amenazaba con cerrar mis ojos. Así que tenía que combatir contra él. ¿Por qué? Por la sencilla razón que debía  reducir el jet lag, aguantar el día como pudiera para así adaptarme ya des del primer día al horario australiano. Me subí a un bus que me llevaba gratis hasta la Opera House. La elegí como primera destinación para así creerme que realmente estaba allí, en Sydney. Es impresionante observar ese edificio. En esos momentos hubiera deseado saber un poco más de arquitectura para saber la razón de la forma y de la ubicación. La Opera House se hace paso a través del mar y la brisa marina roza constantemente sus paredes y tejado. La rodeé caminando. Des de ella se veía el puente famoso de Sydney también.
Sydney Harbour Bridge; des de la Sydney Opera House

Alrededores del Sydney Opera House

Des del Botanic Garden, el famoso edificio. 

Después fui al Royal Botanic Garden que se encontraba justo al lado. Me encantan estos sitios en medio de ciudades que parecen un mundo aparte, como si estuvieran rodeados por una cúpula invisible de vidrio que no permite entrar en ella el bullicio de los coches y las personas. Caminé unas cuantas horas por allí dentro. Lo necesitaba después de haber estado tanto tiempo sin moverme dentro del avión. Lo que me gustó especialmente del parque era el hecho que se podía caminar por donde se quisiera, por encima de la hierba, al lado del lago… Estaba formado por un sinfín de pequeños rincones que invitaban a sentarse e imaginarse mundos paralelos o sencillamente observar con una sonrisa dibujada en los labios el lugar donde te encontrabas. Fue aquí también que me di cuenta de qué quiere decir  el “hacer lo que quieres” cuando viajas sola. Y es que puedes decidirlo absolutamente TODO. Si sentarte ahora, o unos metros más allá; pararte a observar este jardín o pasar de largo… Finalmente me senté sobre la hierba, con vistas a un lago y me tomé una manzana (fue en ese momento que empecé a escribir este post aunque ahora ya estoy en otro lugar). Allí sí que me di el permiso de estirarme y cerrar un poco los ojos. No estuve mucho tiempo (ya sabéis el porqué) y además un viento un poco frío empezó a soplar. Me he dado cuenta que este viento siempre está presente en las zonas cercanas al mar, lo que hace que se creé un efecto curioso: el sol ofrece sus rayos de manera muy generosa, pero el viento frío impide que el calor te llegue con toda su fuerza.
Después paseé por el núcleo antiguo de la ciudad llamado The Rocks. Se habían hecho ya las siete de la tarde por lo que decidí volver. Una vez en el hostel, cené y a las ocho casi nueve estaba en la cama, agotadísima, pero con unas ganas increíbles de despertarme al día siguiente y seguir explorando los secretos del nuevo país donde había aterrizado hacia tan sólo unas horas. 
Royal Botanic Garden; árbol curioso, verdad?

El lago del parque. En él hay anguilas. 

En el parque hay una pequeña explicación sobre la colonización de Australia. Ésta es una demostración sobre como eran los refugios de los aborígenes.

Este árbol se encuentra por todos lados. Tiñe el suelo de color lila con sus hojas. 

martes, 18 de noviembre de 2014

Avui!

Doncs bé, finalment ha arribat el dia en el qual m’enlairo ben lluny de casa. Sé però que el vaixell que tripularé sempre tindrà un port on retornar i aquest port s’ha anat fent més clar i menys difús durant aquests últims 4 dies en els quals he rebut paraules, abraçades, petons, moments, mirades. Tots aquests elements s’han combinat entre ells formant això, un port. En ell hi brilla un far les 24 hores del dia, faci sol, núvol, boira o pluja. I això em permet marxar amb una seguretat dins meu, gràcies a tots vosaltres. Potser a vegades m’ha estat difícil explicar el meu viatge perquè és una decisió diferent i que surt un xic dels esquemes, però tinc la certesa que faci el que faci tinc persones al meu voltant que m’animen a que segueixi el meu camí, igual com jo desitjo el mateix per a ells. Hi ha tantes possibilitats de viure com persones al món! I aquesta diversitat és la que ens permet obrir cada cop més fronteres i absorbir realitats distintes i alhora interessants. Com podreu veure a les fotos a continuació, vaig amb una motxilla ben grossa i una altra de més petita per portar a dalt a l’avió. A l’hora de triar què posar-hi a dins no ha estat feina fàcil realment; te n’adones que fins ara has disposat d’un armari gran a la teva habitació que per a cada ocasió t’ha vomitat a sobre allò que tu desitjaves: aquella camiseta preferida, les sabates per a tal ocasió, un  jersei més gruixut per si de cas... I de cop et diuen que tot ha de cabre en un espai on, d’entrada, sembla impossible que en facis prou. Comences a treure la roba de l’armari “això i allò altre, ah! i també aquesta! per combinar amb...” i contenta perquè et penses que acabes de ser molt selectiva, gires el cap, mires el sofà, i veus una muntanya de roba que et fa plantejar que tot plegat ha de tornar a patir un procés de selecció. Doncs vinga, tornem-hi! Tot i que pugui semblar que ha d’estressar la veritat és que és interessant veure com poc a poc ets capaç de deixar coses enrere i plantejar-te la pregunta “què és allò que realment necessites?”. Lo superflu queda en un segon pla i el “look” perfecte del diumenge s’oblida per haver de carregar tan sols amb el que serà més pràctic.
Per sort, la motxilla més important i que portem tots a les nostres esquenes tot i no desplaçar-nos, no té límit ni de pes ni d’espai. Aquesta, encara que no es vegi a la fotografia, també la porto posada. En el moment que vaig néixer la cremallera es va obrir per deixar lloc suficient perquè tots els moments que em regalessin les persones que m’han acompanyat al llarg de la meva vida, ja sigui fa poc o des de sempre, hi tinguessin cabuda. No hi he posat cap candau perquè cap estrebada, per forta que sigui, me la podria prendre i robar el seu contingut; tampoc cal facturar-la com un objecte a part, carrego amb ella a tot arreu sense cap problema. Potser el que la fa més diferent i especial de totes les altres motxilles és que per més coses que hi guardi, el seu pes no augmentarà, sinó que disminuirà i es farà lleugera. Per això vull donar les gràcies a tots aquells que han fet possible que pugui emprendre aquest viatge amb aquesta sensació de llibertat i de no portar més pes del necessari sobre meu, sinó tot al contrari!
Fins molt aviat! El pròxim cop que escrigui segurament ja serà des de terres australianes o des d’alguna altra part del món en el llarguíssim vol que m’espera! ;)

Al balcó de casa meva!

Justament a l'hora de fer les fotos ha aparegut un "arc iris" al fons, es veu? 



jueves, 13 de noviembre de 2014

Plans!

En este blog, escribiré sobre mi viaje de siete meses por Australia, concretamente a lo largo de la costa oriental con el recorrido de Sídney hasta algún punto donde pueda explorar la Gran Barrera de Coral, siguiendo la carretera que transcurre al lado del mar.

FAQ’s (some frequent asked questions…)


Why Australia? Sí, da la pura casualidad que Australia se encuentra justo a la otra punta del mundo y que si cavara y cavara desde mi ciudad a través de la corteza y el núcleo terrestres  durante siglos, llegaría a esta tierra de canguros y koalas. Y por qué he acabado aquí?  Encuentro que Australia es un país aún muy virgen, con muchas cosas por descubrir y espero que nuestra ansia por clavar cemento en la Tierra no acabe destrozando lo que hoy aún es infinidad de parques naturales australianos.  Es  interesante saber que el 80% de la población se concentra a lo largo de los 100km de costa, mientras que en el centro hay un gran desierto conocido como “El Outback”. Es por eso que considero que es uno de los territorios más “nuevos” del mundo, como si se estuviera explorando y los humanos aún fuéramos Cristóbales Colones para esta inmensa isla, y es que tan sólo un 53.7% del total de la población de Australia son de ambos madre y padre australianos.
Lugar de nacimiento padres 2011
Número de personas
Porcentaje (%)
Los dos nacidos en el extranjero
6.868.586
34,3

Sólo un padre o una madre nacido/a en el extranjero
2.396.490
11,9
Madre y padre nacidos en Australia
10.757.087
53,7
Se respira libertad y multiculturalidad y yo, de alguna manera, también estoy explorando y construyendo encima del desierto que aún anida en mi cabeza de 18 años recién cumplidos.
Otra cosa que me atrae mucho son las múltiples actividades que puedo llegar a aprender allí como por ejemplo surf, buceo, excursiones, barbacoas en la playa etc…
El Outback, con Mount Connor al fondo. Fuente:wikipedia
La Gran Barrera de Coral vista des del cielo. Fuente:wikipedia


What will you do there? Llego a Sídney el 20 de noviembre (aunque en realidad salgo del aeropuerto de Barcelona el 18 de noviembre… hehe, cosas de cambios horarios). El vuelo dura un total de 26 horas aproximadamente. Pues nada, a conocer gente de los alrededores de mi asiento! Una vez allí me hospedo una noche en un hostal y al día siguiente empiezo un voluntariado en parques naturales durante dos semanas. Seguidamente me quedaré un par de días en Sídney y luego a empezar la aventura de backpacker de verdad! A continuación tomaré el tren e iré hasta Lisarow (más o menos a dos horas de Sídney) y empezaré  mi primera experiencia  wooffing* con una familia de cuatro niños (7,8,11,13) vamos que estaré entretenida. Allí trabajaré 5h al día a cambio de alojamiento y comida. Aquí os dejo un enlace para que podáis mirar la página web de la granja http://adventuresinsustainability.com.au/
Y a partir de aquí ya todo es una gran incógnita que iré descubriendo a medida que vaya pasando el tiempo, os mantendré informados ;)

What is wwoofing? Las siglas quieren decir “Willing Workers On Organic Farms”, es decir, trabajas en una granja ecológica a cambio de alojamiento y comida. Es una organización que se encuentra en todo el mundo y en Australia, por supuesto, también. Funciona de la siguiente manera: te haces una cuenta como wwoofer en el sitio que vayas a visitar y pagas 50 euros. Este trámite te da el derecho a ser wwoofer en dicho lugar durante 12 meses.  Todo se hace por Internet. Mediante un fórum los hosts publican noticias como “wwoofer wanted!” y tú puedes mirar su perfil y si te interesa la faena que ofrecen y te parece que puede estar bien les envías un mail y os ponéis de acuerdo sobre la estancia. Es una manera económica y  muy agradable de viajar y aprender!
Este es el enlace por si queréis echar un vistazo: http://wwoofinternational.org/
Y este otro enlace es de HELPX una organización que también funciona igual que wwoofing con la diferencia que sólo tienes que pagar 20 euros y puedes participar en otros tipos de trabajos que no sean únicamente en granjas ecológicas. Por ejemplo en hotels, barcos… http://www.helpx.net/


Mi libro de wwoofer australiana!























What does it mean to be a backpacker? Significa que todo tu equipaje consta de una mochila bien cargada pero no excesiva de peso, que llevas a tus espaldas y con la cual vas viajando de un lado a otro ya sea caminando, en tren, en bus, en coche, en furgo, en caravana, sobre un canguro...

As for the language, you won’t have any problems because they speak English, don’t they? Bueno…  tengo mis dudas. Y es que los australianos hablan un inglés coloquial único llamado “strine” que consiste básicamente en hablar utilizando solamente media boca (explicación bastante gráfica que me hizo una vez un amigo mío). Y diréis “No será tan difícil!” Vamos a hacer una prueba. Leed: “bring your cossie to the barbie this arvo” Ahá, me ha quedado claro. Me dicen esto, les ofrezco una de mis mejores sonrisas I’ve no idea of what you are telling me  y les digo yes yes de la manera más natural posible, esperando que con la respuesta dada no haya quedado como una estúpida sin remedio. Total, que esta frase  traducida al inglés sería  “bring your swimming costume to the barbacue this afternoon”. Hmm… sólo lo pienso yo o se necesita mucho rodeo para llegar a esta conclusión? :P

Type of journey? Antes de acabar este post quiero dejar una cosa bien clara: no persigo una idea de viaje utópico. Viviré el momento y la experiencia, me dejaré llevar por mi instinto y las circunstancias que surjan; sin estrés y escribiendo todo lo que pueda. No busco que se me revele  el sentido de mi existencia, ni mi futuro, ni una carrera de la que esté 100% segura. Lo único que sé es que volveré con muchas vivencias que habrán pasado a formar parte de mí. Para lo que me puedan servir… eso ya se irá viendo!  ^^


Colgado en la nevera de mi casa! (no tenía ni koalas ni canguros... fallo!)