lunes, 15 de junio de 2015

Boomerang

“Mi último día en Australia” suena terrorífico, ¿no? La verdad no sé muy bien cómo vivirlo. Estos últimos días han sido como una orilla: olas que van y vienen, trocitos de espuma que se quedan en la playa pero mucha masa de agua que vuelve al océano. Y es que cada segundo es un constante decir “adiós” y un constante decir “hola”. Recuerdos de hace unos meses o semanas vuelven cada dos por tres a visitarme de manera inesperada. Revivo distintos momentos, pero lo que estoy viviendo en este instante está ya difuminado. Al abrir los ojos veo delante de mí una tela llena de colores, que no siguen ningún orden claro. Pero tengo la esperanza que durante las 28 horas de vuelo que me esperan consigue que esta sensación de encontrarme en tierras movedizas desaparezca.

Tal y como ya sabéis, durante las últimas dos semanas he estado visitando amigos que hice al principio de mi viaje. En una de estas visitas me dijeron: “You have been like a boomerang in Australia” Muy cierto! Empecé en Sydney e hice un gran loop que me llevo a conocer la naturaleza salvaje de Tasmania, la actividad de Melbourne, la famosa Great Ocean Road, Adelaide desde donde empecé la travesía por el red centre australiano hasta llegar a Darwin, y entonces Brisbane navegando hasta Cairns y allí volar para de nuevo aterrizar en Sydney.  

Y yo ahora me pregunto: La fuerza de qué brazo impulsó ese boomerang para empezar su viaje? Quién estaba esperando para cogerlo otra vez y que no se escapara ni se perdiera por el aire? Aunque haya hecho el viaje “sola”, sería muy egoísta y se alejaría mucho de la verdad decir que fui yo. Porque ahora entiendo que aunque quizás fuera yo quien acababa combinando los mejores vientos a favor, nada hubiera sido posible sin las personas que me han ido acompañando, cogiéndome y dejándome seguir volando cuando el momento llegaba. Por lo tanto agradezco des de lo más sincero de mi corazón a todas esas personas que lo han hecho posible. Y con ello quiero decir también mi familia y amigos en “Olot i comarca” al igual que mi familia en Alemania. Pues es bien cierto que alguien antes ha tenido que pulir, crear y dar la forma necesaria a este boomerang que soy yo hoy en día.

Ahora vuelvo, sin parar mi vuelo, con la certeza que otra aventura está a punto de empezar y que alguien estará allí en el aeropuerto esperándome, con la mano abierta para acogerme sobre una tierra que aun me es conocida: Cataluña.  

miércoles, 10 de junio de 2015

LA PUERTA DEL ARCO IRIS _ ¡Tierra (y cielo) a la vista!

A menudo oímos decir que hay puertas que no deberían ser cruzadas. Es probable que el arco iris sea una de ellas. Sin enormes edificios, montañas ni árboles que obstaculizaran nuestras miradas teníamos una visión de 360 grados durante casi todo el trayecto. Es por eso que fue difícil perderse la formación de uno de los arco iris más impresionantes que habré visto jamás. Sus dos finales descansaban encima de la línea del horizonte y sus colores brillaban con una gran intensidad. Bomoh acababa de abandonar Orpheus Island, una isla donde el día anterior habíamos hecho una larga excursión hasta llegar a uno de sus cabos llamado Iris Point. Así que mientras nos alejábamos de la isla y nos preparábamos para alzar las velas, un arco iris se dibujó a babor, pasando nosotros justo por delante de él. “¡Cambiemos el rumbo y dirijámonos hacia él!” gritaban nuestros corazones pero no estábamos seguros de si eso era una buena idea. Nos lo quedamos mirando en silencio durante los minutos que duró, cada uno imaginándose el mundo que nos encontraríamos detrás. Para mí fue una explosión de emociones. 

Intentado tomar una fotografía del arco iris...

Al llegar a Dunk Island, una isla cerca de Cairns, otro arco iris nos dio la bienvenida. 
Orpheus Island

Así que encima de un barco no sólo se grita “Land Ahoy!” (tierra a la vista), sino que se debe estar siempre atento a los magníficos cambios que se pueden dar también en el cielo.

Y no olvides mirar el cielo por la noche! Las estrellas se perfilan en múltiples dibujos a lo largo de la noche. Es curioso observar como el carro está al revés, es decir que en el hemisferio sur, su contenido cae inevitablemente. También he visto algunas estrellas fugaces bastante impresionantes, forman bolas de color azul y luego caen lentamente dejando tras de ellas un largo haz de luz. Me preguntaréis, ¿pediste un deseo? Y yo, con mucha pena, responderé que no. Porque cuando pasan me quedo tan embobada que lo último en lo que pienso es en pedir un deseo. Pero no sólo se ven puntos de luz en el cielo, sino también en las aguas. Una de las veces en las que ancoramos, empezamos a ver como pequeñas estrellas aparecían y desaparecían alrededor del barco; era plancton luminoso. En algunas ocasiones el océano estaba tan tranquilo que las estrellas se reflejaban en él como si fuera la continuación del cielo y el barco flotara en medio del universo.

Una ola viene de popa y empuja Bomoh hacia las islas que le esperan por el camino. Después de cabalgar durante un promedio de siete horas por encima de las aguas alguien divisa tierra. Ante nosotros, ¿qué nos encontramos? Islas con árboles llenos de cocos, arenas blancas, conchas y pequeños trocitos de coral para recoger de las playas, caminos por recorrer. Cruzar el trópico de Capricornio y descubrir que en el cabo solamente vive una persona que está a una hora y media en lancha de motor del supermercado más cercano.
Sam y Michael, en Fraser Island, la isla de arena más grande del mundo. 

Excursión en Fraser Island

El bosque en Lady Musgrave Island


Cape Capricorn

Pancake Creek: (cenamos Pancakes por la noche, sí)

Cementerio


Josep y yo junto al faro



Percy Island: 
En la isla había esta cabaña donde los barcos dejan recuerdos.

Yo con mi estilo de pirata

La casita en los árboles

Como un cuadro...



Shaw Island: 

Sólo nuestras pisadas marcadas en la arena


Dunk Island: 
Josep intentando hacer caer un coco

Rocas que parecen salidas de la nada. 

Durante nuestra caminata por la isla

Aprovechando la barbeque area!

Para ir y venir del barco a la isla utilizábamos el “dinggie” o zodiac. Cargábamos las cuatro cosas de exploradores que necesitábamos y nos poníamos en ruta.



Este es el último post en referencia a mi aventura en el barco pero os aseguro que la navegación continúa dentro de mí. Bajo mis pies noto a veces el balanceo suave de las olas y estos días, al volver a ver el mar recordaba mis momentos en Bomoh. También durante mis sueños la temática de océano y barco es lo que más se me aparece. Aun no logro entender cómo una oportunidad así se me presentó durante mi viaje en Australia, nunca me lo hubiera imaginado, pero supongo que la niña de agua que llevo en mí deseaba a gritos navegar.

The crew saying goodbye to me! Thank you very much for these amazing experiences my friends! ^^


Me quedan ya pocos días en Australia aunque me cueste de creer. Al acabar el sailing trip en Cairns, tomé un avión hacia Sydney y ahora estoy por sus alrededores visitando amigos y amigas que hice al inicio de mi viaje. Cerrando círculos. 

lunes, 8 de junio de 2015

LOS OJOS DE LA TORTUGA_ Las profundidades marinas

¿Cómo definiría el fondo oceánico? Como algo horriblemente precioso. Sí, el mundo está lleno de contradicciones, pero al fin y al cabo estas contradicciones acaban igualándose y creando la balanza del Universo.
Colores de coral
Al sumergirte en las aguas del océano Pacífico, lejos de las playas de la masa de tierra que es Australia pero cerca de islas desiertas, sabes que estás entrando en un territorio desconocido. Debes compartirlo con tiburones, tortugas, cocodrilos, medusas… y todas las demás criaturas habidas y por haber. Me siento ignorante nadando aquí. Desconozco cómo funcionan las normas, e incluso desplazándome no puedo esconder lo patosa que soy en comparación con la elegancia y la velocidad de sus habitantes reales. ¿Me verán como una intrusa? En ese caso espero no molestar y es por eso que intento moverme con el fluir de las corrientes.


Bomoh

A pesar de los peligros, no elegirías no entrar en el agua, porque sabes que te espera una ciudad formada de corales y peces de colores. Es increíble observar lo humildemente que nadan algunos de los más preciosos peces tropicales, sin llegar a ser nunca conscientes de lo bonitos que son. Pero claro, el concepto “bonito-feo” es otra invención humana.

Del tiempo que pasé bajo el agua quiero remarcar especialmente cuando estaba en una isla llamada Lady Musgrave. Fue la primera parada que hicimos a lo largo de la Gran Barrera de Coral. Y allí se paseaban distintas tortugas. Una de ellas estaba muy cerca de la superficie así que posé mis manos sobre su caparazón y la acompañé unos metros en su baño tranquilo y sabio. A continuación me coloqué justo a su lado y nos miramos directamente a los ojos. Es una mirada que nunca olvidaré. ¿Cuántos años debía tener? No lo sé, pero muchos más que yo y aun le quedaban mínimo unos cien por vivir. Sus ojos me miraban como si preguntaran “¿y tú qué sabes?” y me miraba con tal ironía que yo no podía hacer otra cosa que admitir mi ignorancia. 

Lady Musgrave

El dibujo que hice representando mi baño con la tortuga. 


Mi primera parada en la barrera de coral! ^^



viernes, 5 de junio de 2015

Hay una ola que lleva tu nombre_ A bordo de Bomoh

Después de haber estado un mes perdida entre las aguas del océano Pacífico me dispongo a poner palabras a las miles de imágenes nuevas que tengo almacenadas. No puedo decir que sea tarea fácil, en realidad me gustaría explicároslo todo cara a cara, que pudierais ver cómo se reflejan los corales y las islas en mis ojos. Pero también para ello falta poco, porque en unas escasas dos semanas volveré a pisar “terres catalanes”.  Os explicaré el mes en Bomoh dividiéndolo en tres posts diferentes basados en tres momentos del sailing trip: 

· Hay una ola que lleva tu nombre_  A bordo de Bomoh
· Los ojos de la tortuga_ Las profundidades marinas
· La puerta del arco iris_ Tierra (y cielo) a la vista

La ruta tomada, des de Brisbane hasta Cairns. 

Empecemos primero con algunos detalles más técnicos. Bomoh es el nombre del barco y quiere decir curandero en malaisiano. 

Bomoh y yo, que me ha llevado a descubrir la east coast australiana. 





El interior. Ken y Josep preparando la ensalada para comer :) 

My cabin! 

Hemos sido  un total de seis durante el mes que estuve, y las dos últimas semanas se añadió una francesa, Dorothee. Ralph, el “skipper” o patrón, es australiano igual que Sam y Ken. Luego había también Michael, de Israel, con el que incluso tuve la oportunidad de aprender un poco el hebreo. Y finalmente, Josep, de Menorca. ¡Quién se hubiera imaginado que me encontraría con un catalán entre el “crew” surcando la costa este australiana! Curiosas coincidencias…

Afternoon on the cockpit

Coffee time!

Los tres monos del barco! ;)
Yo al timón! (Y el skipper controlando...)


HAY UNA OLA QUE LLEVA TU NOMBRE_ A bordo de Bomoh;

Con la frase “Hi ha una onada que porta el teu nom i és millor que no te la trobis mai” empezó una de las mañanas en el barco, levantándome a las seis y saliendo a la cubierta sosteniendo una taza de café humeante entre mis manos.  El mismo cielo que el día antes nos ofrecía colores rojos del atardecer, nos mostraba la salida del sol. Y las conversas, igual que el vaivén de las olas, fluían con mucha emoción en distintos momentos sobre el barco. En Josep, que también estaba observando el amanecer, me regaló esas palabras. Miré el océano que me rodeaba y pensé en el poder de atracción y a la vez de mucho respeto que alberga en él. Así que me imaginé que en algún lugar de la masa de agua del mundo, una ola con mi nombre escrito avanza impasible. ¿Qué historias estará contando?, ¿dónde acabará rompiendo?. 

Amanecer
Ken y Josep en la proa, esperando indicaciones para echar el áncora. 

Viento y olas es lo que necesita un velero para avanzar. Pero para ello, unas velas deben abrazar el viento que sopla y alguien tiene que manejar el timón. A día de hoy puedo decir que he sentido la fuerza con la que el agua golpea el barco al intentar hacer maniobras para seguir el curso indicado. En ocasiones llovía y las rachas de viento venían sin avisar. Pero todos estos fenómenos solo hacían que sumar a la aventura. He aprendido también unos cuantos nudos marineros que estoy segura que me serán útiles en más de una ocasión. Me han enseñado a localizar nuestra posición en el “navegation chart” y calcular distancias.
Forma de las velas que se usa cuando el viento viene directamente de popa. Se le llama "orelles de burro" en catalán o goosewings en australiano ;) 

La vela espín, que se usa en vientos ligeros y tiene una gran superficie. El nombre anterior del barco era "Tropic bird".


Sam en su posición cerca del navigation chart. 
Dealing with a bit of rain... but having heaps of fun!

He intentado hacer vídeos de la magnitud de las olas, pero como ocurre a menudo, es difícil encuadrar momentos de tanta fuerza natural en la pantalla de una cámara. En realidad, esta es mi excusa para avisaros que la cantidad de fotografía tomadas no es la deseada. Así que espero que con palabras pueda llenar los huecos.


En estos momentos las olas hacían balancear el barco en todas direcciones. Lo mejor era estar fuera y dejar que el aire rozara tu cara. 
Muchas veces me colocaba a la proa de Bomoh, apoyándome sobre una de las velas y me pasaba horas mirando cómo avanzábamos. Alguien diría ¿qué hay de interesante en observar el mismo paisaje durante tanto tiempo? Yo les contestaría des de dos perspectivas. Una; el tiempo. Creo que éste deja de tener sentido sobre un barco. Las noches y los días se difuminan y las nuevas experiencias que vives no las organizas en carpetas con el día y la hora indicada sino que son recuerdos que quedan suspendidos alrededor de lo que yo llamo “my sailing trip”.


La otra respuesta que daría es que algo, por muy monótono que parezca, está inmerso en un cambio constante. En este caso sería el ángulo con el que Bomoh sube y baja las montañas de agua, el ruido, la forma de las olas, cómo inciden los rayos del sol, la línea del horizonte, la vida marina que cada dos por tres aparece alrededor y, por supuesto, los pensamientos que tú creas.

Delfines ofreciéndonos una visita. ^^