miércoles, 25 de marzo de 2015

ROAD TRIP FRANKSTON TO ADELAIDE: Great Ocean Road, The Grampians & Coorong National Park

¿Preparados para acompañarnos por nuestra road trip? ¡Vamos allá!

En negro, la ruta que hicimos. La línea discontinua verde es la "frontera" entre South Australia y Victoria

Jamie se ofreció a llevarme en coche des de Frankston hasta Adelaide, un largo viaje, exactamente 886 kilómetros a los cuales tenemos que añadir algunos más porque nos desviamos un poco de la ruta para visitar las montañas llamadas The Grampians.

Primero os explicaré un poco de qué trata exactamente esta carretera. Fue construida entre el año 1919 y 1932 por los soldados que volvían de la guerra y es uno de los mayores memoriales de la primera Guerra Mundial. Empieza en Anglesea y acaba en Torquay, un pueblo cerca de Warrnambool. Tal y como su nombre indica, transcurre al lado del océano, con maravillosas vistas detrás de cada curva. La gente conduce despacio porque es una carretera para disfrutar y no tan solo para conducir. Es por eso que la mayoría de personas que encuentras por la Great Ocean Road son turistas ya que si quieres la ruta corta y rápida coges la autopista.
El paisaje que se repite a lo largo de la Great Ocean Road es una mezcla constante de azul marino con pinceladas blancas de las olas en contraste con el verde intenso de los árboles que hay al lado de la carretera. Continuamente estas girando el cuello de un lado a otro para no perderte ni un instante de la belleza que ofrece la naturaleza. Es la harmonía entre tierra y mar; cuesta decidir dónde preferirías estar, si navegando en medio del océano o caminando entre los árboles. Creo que tanto en un caso como en el otro nuestra mirada se dirigiría al opuesto, nuestros labios sonreirían y pensaríamos “desearía estar allí” y es que a veces es difícil ver lo bonito de cada momento sin pensar en la situación contraria.



Otro punto muy especial de la Great Ocean Road es la magia con la que se envuelve cada tramo dependiendo de la luz que haya: nublado, atardecer, el alba, la noche… Cada una de ellas transforma el entorno de una manera u otra y es por eso que creo que por más que hicieras la Great Ocean Road una y otra vez, sería diferente en cada ocasión.

Nuestra road trip empezó el viernes 13 de marzo (no es precisamente el número de la buena suerte pero dejemos la superstición a un lado).  De Frankston fuimos a Sorrento para coger el ferry que nos llevaría hasta Queenscliff. Des de allí continuamos hasta Geelong. Del primer día en la Great Ocean Road puedo destacar el hecho de que visitamos Bell Beach, conocida por todos los surfistas. En esta playa, del 1 al 12 de abril hay el campeonato de surf organizado por Rip Curl. La playa se llama Bell Beach (playa de la campana) por el hecho que se da una campana al ganador del campeonato.  Paramos a comer en Lorne, donde nos encontramos con las tres chicas francesas que yo había conocido en Melbourne y que antes habían estado con Jamie trabajando en su barco. Fue un bonito reencuentro! Esa noche acampamos en Wye River. Tuvimos nuestra pequeña aventura intentando montar la tienda de campaña ya que era considerablemente grande (para seis personas), pero al final nos salió bastante bien (o al menos durante la noche no se nos cayó encima). Fuimos a cenar al pequeño pub que hay junto a la playa y luego hicimos un paseo.
Here I am! Ready to start it ;)

Bells Beach

Welcome to Bells Beach

En Lorne, esperando a las chicas. 

Sábado 14, después de desayunar, fuimos a hacer otro paseo antes de empezar a conducir otra vez. Esta vez comimos en Apollo Bay, de pícnic y ¡sorpresa! me encontré con tres españoles, dos de Madrid y una de Cataluña. Estuvo bien poder practicar un poco el castellano ;) Hacia la mitad del día, el tiempo cambió radicalmente y una lluvia combinada con un viento fuerte empezó a teñir el ambiente de un aire fantasmagórico. Y es por eso, amigos y amigas, que vi los doce apóstoles como no los ves nunca en las fotos para turistas: esas rocas formadas por la acción de las olas erosionando los acantilados estaban envueltas por una niebla cargada de secretos. Quizás me hubiera gustado verlas con la luz del atardecer, esa luz que lo tiñe todo de dorado pero entonces Jamie me dijo que estaba contemplando los doce apóstoles con el tiempo apropiado; al fin y al cabo se forman en los días de tormenta, cuando la fuerza del océano es superior. Y me hizo pensar que aunque muchas veces sólo vemos la belleza debemos saber que antes ha habido algo que lo ha provocado, una fuerza quizás de la misma naturaleza pero con mucho más poder. Es curioso porque a veces lo que me pasa a mí es que en días grises y con mal tiempo la inspiración es mucho más intensa, es como si la tormenta pasara en mi inetrior y quisiera arrancar todos los trocitos para acabar construyendo una nueva historia llena de vida y con latidos propios.
Acampamos en Port Campbell, un pequeño pueblo. Hacía muy mal tiempo así que tuvimos que montar la tienda en medio de la lluvia y el viento. Pero eso no nos frenó de hacer un paseo hasta el muelle y observar la furia con la que el océano golpeaba los acantilados.
Jamie en Wye River

Apreciad la diferencia entre las dos imágenes siguientes, mostrando los doce apóstoles: 
Lo que ves en todas las guías para turistas


Lo que vi yo... Bastante más interesante a su manera, ¿no?

Envuelta en la niebla...

Hmm.. los australianos tienen una curiosa manera de dejar las cosas bien claritas.

El domingo por la mañana, mientras desayunábamos, conocimos a un chico francés que estaba haciendo la Great Ocean Road en bicicleta. Por lo que nos explicó tiene que ser bastante cansado… Ese día nos dirigimos hacia The Grampians. Son unas montañas que tienen una gran importancia para los aborígenes. Para llegar hasta ellas conducimos a través de countryside australiana: carreteras rectas, sin apenas curvas y con tan sólo algunas granjas alejadas aquí y allá. Llegamos hacia la tarde y pusimos la tienda de campaña. Cenamos curry y nos fuimos a dormir.
Nuestra tienda de campaña, la guitarra de Jamie y el cochecito (su nombre es Pipo) 

Parada para comer. Al fondo se ve la montaña The Abrupt. 

Me desperté temprano porque tenía pensado ir a hacer una ruta de 20 quilómetros para descubrir el paisaje. Jamie se quedó en el camping y yo empecé a caminar a las nueve y cuarto. Toda la caminata fue increíble. Empecé des de los pies de la montaña, e hice the Sundial Peak (se llama así porque tiene un reloj solar en lo alto) y The Pinnacles. Lo que más me gustó fue caminar a través del Grand Canyon, formado tan sólo por rocas. ¿Os habéis parado nunca a escuchar el silencio de las rocas, sin interrumpirse siquiera por el sonido de las hojas moverse? Y es que los árboles tienen curiosidad por los humanos, se inclinan, se retuercen, se entrometen en tu camino. Las rocas, en cambio, te observan muy quietas. Seguramente les gustaría tener el poder de camuflarse, pero nunca lo consiguen. Es por eso que no me extraña que como nombre al camino que pasa entre las rocas le hayan puesto “Silent Street”.
Hacia las cuatro volví al camping. Cogimos el coche y fuimos a Halls Gap para comprar lo que necesitábamos para cenar por la noche. En el camino hacia allí vimos a un chico y una chica que estaban haciendo austostop así que los recogimos. Sus nombres eran Andie y Anika y eran dos amigos de Alemania que estaban viajando hacia Melbourne.  Nos entendimos tan bien todos juntos que se quedaron las dos noches siguientes con nosotros. Esa misma noche hicimos una barbacoa. Como que nuestra tienda de campaña era lo suficientemente grande, durmieron con nosotros.
Vistas des de Sundial Peak

Parece como si la roca se hubiera partido por la mitad

Yo en el Grand Canyon

Silent Street

Otro tramo del camino

Y al final de la excursión fui capaz de ver Emus salvajes! 

Martes 17, cogimos el coche y antes de marchar dirección la costa otra vez,  visitamos the Mackenzie Falls y the Balconies. Una vez en la costa llegamos a Port Fairy, un nombre tan cuco como el pueblo que es. Tuvimos un atardecer precioso. Comimos pizza y observamos durante casi una hora como el sol se despedía del cielo para dejar lugar a la luna.
De camino a The Balconies. 

Yo y the Grampians a mi alrededor

Mackenzie Falls, con Andie y Anika

En Port Fairy. 

Bañándome en el sol del atardecer

El miércoles aproveché por la mañana para visitar a Clemence y Louise que estaban trabajando en una tienda de helados en Port Fairy. Cuando nos volvimos a encontrar con Jamie, Anika y Andie, Jamie había comprado un acordeón. Hacia la una nos despedimos de Anika y Andie porque ellos continuaban en la dirección contraria a la nuestra. Fue todo un honor compartir esos dos días con ellos! Esa noche llegamos a Mount Gambier. Es una ciudad envuelta por volcanes que en su cráter tienen agua acumulada formando lagos.
Jugando con el acordeón

Tschüss Andie und Anika! Hoffe wir treffen uns wieder irgendwo, irgendwan! Vielen Dank für eure Freundschaft! ^^

Al día siguiente hicimos un morning walk alrededor del Blue Lake. El cielo estaba nublado y por lo tanto no se veía el azul intenso con todo su esplendor pero aún se apreciaba un poco. A la hora de comer llegamos a Robe, un pequeño pueblecito donde una de las helpers que había tenido Jamie estaba trabajando y por lo tanto pasamos a saludarla. Luego continuamos hasta Coorong National Park famoso por sus salt lakes. Los lagos de agua salada se secan durante el verano y toda la sal queda sedimentada adoptando tonos rosas, verdes y blancos. Como que este verano ha sido bastante húmedo no se apreciaba del todo pero aun así era precioso. Jamie, como que estuvo unos años en la policía me enseño cómo hacer curvas muy cerradas tipo película “policía persigue a criminal en coche”. Muy emocionante! Después de poner la tienda de campaña fuimos a hacer un pequeño paseo entre las dunas que nos llevaría hasta el oceáno. Mientras caminábamos improvisábamos canciones y por fin llegamos a ver la playa con las olas del océano. El blanco de la escuma me hizo pensar en unos dientes buscando un lugar de tierra donde morder… Volvimos y cocinamos chicken noodles (no teníamos nada más para comer) que sentaron de maravilla.
Blue Lake

Robe
Las marcas del coche en la arena
Freedom

Yeah! 

A la mañana siguiente nos despertamos con el ruido de un 4x4. Era el ranger del parque y nos dijo si habíamos acampado durante la noche y nosotros “sí”. Nos miró incrédulo y dijo “el parque estaba cerrado debido a temporada de caza de cervatillos, tenéis suerte que no os haya pasado nada”. Total, que cada segundo que pasamos en el Coorong National Park era cuestión de supervivencia… y nosotros sin saberlo! Eso es lo que se llama la aventura de la vida. Por desgracia nuestra road trip estaba llegando a su fin, porque ese mismo día, viernes 20 de marzo llegamos a Adelaide, una semana después de haber empezado. Para que Jamie no tuviera que volver el mismo día, decidió reservar una habitación de hotel. ¡Cuánto lujo después de todo el camping que habíamos estado haciendo! Y os puedo asegurar que a la mañana siguiente, disfrutamos como niños del fantástico bufet desayuno, no sin antes habernos dado un baño en la piscina y el spa del hotel. Y entonces sí, fue coger el coche y llevarme hasta el hostel que Anika me había recomendado y despedirnos.

Thank you very much Jamie for this amazing road trip and for having made it possible for me to discover so many places from Victoria and South Australia. There is no better way of discovering Australia than being showed around by the locals, the ones who really know what is worth visiting and who will take you to places that don’t appear in any tourist guide! 

3 comentarios:

  1. Iris!! uee sóc la primera de comentar, que guai :) m'encanta el planning tan detallat. Veus uns paisatges impressionants i coneixes un munt de gent que sembla molt interessant, diferent, que té coses a compartir, és bonic. T'envio un petonàs i segueix descobrint tot el que et pot aportar cada moment!!!

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  2. Qué poéticas las descripciones que haces del camino silencioso de las rocas... y los dientes de la espuma... me encanta. Estás llena de magia...

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  3. ...siento que la magia sigue, cuantas impresiones, humanas, naturaleza, universo... Hay mas en esta vida, mas de lo que muchas veces nos imaginamos, pero perder el miedo y tirarse no consigue todo el mundo. Un gran beso y have a good trip to the desert

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