martes, 24 de marzo de 2015

Frankston; post 2

Viernes 6 de marzo! Muy ilusionada empecé a empaquetar mis cosas y ponerlas dentro de la mochila. Me esperaba un día sola en el barco y tenía muchas ganas de ello. Hacia las doce del mediodía Jamie me dejó en el barco y después de ordenar un poco el interior empecé a trabajar en lo que se llama “sanding”. Como que es un barco de madera antiguo, se recomienda que cada diez años se quite la capa de pintura y barniz vieja para aplicar una de nueva. Con una máquina a la cual le aplicas papel de lija vas pasando, con mucha paciencia, su superficie sobre la parte del barco que quieres pulir. Cuando está completamente fina, se aplica el barniz. Aunque parece un trabajo fácil tienes que estar bastante tiempo insistiendo en una única zona para acabar con el resultado deseado. También limpié la cubierta del barco. A continuación comí teniendo unas fantásticas vistas hacia el mar. Es curioso pero al trabajar sobre un barco, restaurándolo, un sentimiento de cariño empieza a crecer, es como si tuvieras que cuidarlo para que esté listo para navegar por el océano, lleno de orgullo, mostrándose ante las olas.
Por la noche cociné dentro del barco un curry con verduras y salsa de tomate. Lo disfruté un montón.
Trabajando en el barco (muy concentrada)

Atardecer

Las siluetas de los barcos con los pájaros sobre ellos, reposando

La cocinita del barco

Al día siguiente me levanté y desayuné con mucha tranquilidad mientras leía “Baila, baila, baila” de Haruki Murakami (un libro que recomiendo enormemente). Hice más sanding por la tarde y luego Jamie vino y cenamos.
El domingo, como que al día siguiente era fiesta, el sobrino de Jamie vino a cenar con nosotros. Fue una velada espectacular. Tocamos la guitarra y cantamos después de comer comida china en la cubierta del barco. Antes de ir a dormir también aprovechamos para hacer un paseo.
¿Hay mejor manera de empezar el día? 

Comiendo mango sobre la cubierta del barco

Al día siguiente Jamie llevó a Frank otra vez a su casa y yo me quedé haciendo más sanding y disfrutando de vivir sobre las aguas.
Frank y yo acabados de levantar

Supongo que os estaréis preguntando si salimos a navegar con el barco, el caso es que como que tiene unas dimensiones considerables es un poco difícil salir a navegar con solo dos personas. Pero Jamie no quería que yo me quedara sin salir un poco a la mar así que el martes fuimos con un barquito de pesca a probar suerte y mirar si pescábamos algún pez. Al principio ninguno picaba e intentábamos cambiar de sitio. Abandonando esperanzas, mientras estaba recogiendo el cabo, de pronto vi que había un pez agarrado al anzuelo. Pero tuvimos que devolverlo al agua porque era demasiado pequeño. Al cabo de unos minutos picó otro y ese sí que era más grande así que nos lo quedamos. Y después de unos cuantos minutos más un gran pez picó pero no logramos ver cómo era ya que rompió el hilo. Satisfechos volvimos al barco. No cocinamos el pescado esa noche porque habíamos quedado con la familia de Jamie para ir a cenar fuera. Los he ido conociendo durante estos últimos días con la mudanza y tomando café en casa de Jennifer, la hermana de Jamie. Sólo puedo decir que son gente muy agradable y en su compañía me he sentido como una más de la familia!

Por turnos, conduciendo el barquito: 


Y por la noche, intentando fotografiar la luna y el camino de luz que abría entre las aguas. 

Al día siguiente vino de visita la hija de Jamie, Xanthe. Ella vive en Brisbane (bastante lejos). Antes de encontrarnos con ella Jamie fue al gimnasio y yo a la playa. Hacía un día espectacular así que disfruté de un baño y escribí. Luego Jamie me vino a recoger y fuimos a buscar a Xanthe a la estación de trenes. Tuvimos conversas muy interesantes y mientras nos tomábamos unas copas a la cubierta del barco, mirábamos la puesta del sol. Por la forma como las nubes estaban colocadas y los colores parecía como si el mundo estuviera al revés. 
Más tarde, mientras Jamie y Xanthe estaban tocando la guitarra dentro del barco, salí a fuera y observé el cielo estrellado. Me senté en la parte delantera del barco, dejando balancear mis pies por encima de las negras aguas. Y entonces, bajando la mirada, descubrí pequeños puntos de luz danzando entre el movimiento de las olas. Tardé en comprender que se trataban de las estrellas reflejadas en la superficie del agua. Muy especial porque era como si las estrellas se movieran. Fue en ese instante cuando me di cuenta de lo que significaría estar en medio del océano, sin absolutamente ninguna luz a tu alrededor, envuelta por oscuridad, sin poder distinguir donde acaba el cielo y donde empieza la línea del horizonte, viendo solamente un velo negro con puntos blancos arriba, abajo, izquierda y derecha. Será ésa la sensación de estar volando?
The world upside down...

Parte delantera del barco, donde me senté durante la noche envuelta por las estrellas. 

La mañana del jueves, preparamos un English breakfast típico con huevos, tomates y champiñones. Qué bueno! Durante el día estuvimos trabajando todos juntos en el barco, haciendo “sanding”. Finalmente, llevamos a Xanthe a casa de su abuela por parte de madre, que estaba a unas dos horas en coche. Paramos a cenar tailandés en un pequeño pueblecito y después de despedirnos volvimos al barco. Espero volver a encontrarme con ella en Brisbane!
"Sanding" time!

Xanthe está estudiando para ser comadrona y trajo su kit para tomar la presión y nos enseñó cómo tomarla. 


Esa noche fue la última en el barco porque otra road trip nos esperaba: Great Ocean Road & the Grampians. 

2 comentarios:

  1. Miles de formas de vida, miles de buenas personas, forman una red invisible y hacen a este plantea un lugar especial. Los otros, hay, hay que esquivarlos. Enseñar lo místico que es esta vida , ser capaz de entender, fluir con lo vivido es una gran gran experiencia. Esto se puede vivir en casi todos los sitios del planeta. Es el principio de tu gran viaje que es la vida. Siga sin miedo, te acompañamos Iris. Dein Papa

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  2. Iris!! no sé com m'ho faig però pillo cada nova entrada hahaha abans de res, demà faig el meu últim examen de la carrera!! quina il·lusió!! :) :) en fi, m'encanta tot el que escrius.. vénen moltes ganes de pujar en un vaixell i de deixar-se emportar per les onades... la veritat és que no he estat mai enmig del mar, sense poder distingir on comença i acaba el cel, de nit. Quina sensació més estranya, és una llibertat que crec que no he experimentat mai... llegeixo cada post amb més ganes que l'anterior i estic feliç de poder seguir aquest meravellós viatge. T'estimo moltíssim, segueix siguent tu mateixa i aprofitant això al màxim :) se't troba a faltar ;)

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