martes, 10 de febrero de 2015

Tasmania; post 3

Mis días en Hobart han estado marcados por marineros, barcos de vela y océano. Una combinación que yo nunca hubiera imaginado el primer día que llegué a esta ciudad y entré en el hostel. Tengo ganas de compartirlo así que espero que disfrutéis y la magia de mi estancia llegue hasta vosotros.

Nada más entrar en el hostel me sentí muy bienvenida. La atmósfera era muy agradable y era fácil empezar una conversación mientras estabas cocinando la cena. Primero de todo fui a comprar los alimentos que necesitaba para sobrevivir seis noches en el hostel, del 30 de enero al 5 de febrero. Me pasé no sé cuánto tiempo en el supermercado y me di cuenta de lo enormemente difícil que es comprar en Australia cantidades mínimas a un precio más o menos razonable.

El sábado había el Salamanca Market, que yo tenía muchas ganas de ver. Se trata de un mercado artesano lleno de tiendecitas pequeñas. Fui con una chica de Holanda y un alemán. Por todos lados había cosas para probar así que aprovechamos la ocasión para hacer el aperitivo. Por la tarde estuvimos por el hostel y salimos de fiesta con unos cuantos en un bar donde hacían funky music. Muy buen ambiente.

El domingo había otro mercado que se llamaba Farmer’s Market. Fui con otra gente del hostel. Ellos continuaban para MONA (Museum of Old and New Art) pero yo preferí ir al Museo de Tasmania.  Me quedé unas dos horas en el museo en una exposición que había sobre las expediciones que se habían hecho de Tasmania hacia la Antártida. Me quedé alucinada. Ese continente tan perdido y del que apenas sabemos nada es en realidad el corazón del mundo. Las corrientes marinas llamadas Antarctic Circumpolar Current establecen el equilibrio de las aguas de la Tierra; el blanco del hielo devuelve a la atmósfera la mayor parte de los rayos de sol. Quién diría que todos estos detalles, vitales para la vida en la Tierra, están tan influenciados por la Antártida? A medida que iba leyendo me entraban unas ganas enormes de visitar este continente. Había videos en los que la gente que había pasado una temporada sobre sus tierras explicaban las impresiones que habían tenido. Podías ver como la emoción se les comía las palabras al contar lo que ellos llaman “Antartic Moment”. Según ellos es una sensación difícil de explicar que sólo se puede vivir al estar rodeado de los afilados icebergs, la translucidez del blanco y el azul del hielo… Todo tiene una claridad imposible de encontrar en cualquier otro lugar del mundo.
Así que al salir del museo estaba más en la Antártida que en Tasmania. En realidad no es sorprendente que haya una exposición de esta temática en Tasmania porque se encuentra bastante cerca de este continente.
Al llegar al hostel un chico francés propuso de hacer un paseo así que me apunté. Pasamos toda la tarde hablando descubriendo que compartíamos la misma afición por la Antártida. Incluso me dijo que podías apuntarte en un programa de jóvenes investigadores. Como veis, continuaba soñando con este lugar. Cenamos fish and chips y luego volvimos al hostel y nos acabamos los leftovers que yo tenía de la noche anterior.

El lunes fui a Port Arthur, que está a unas dos horas de Hoabrt con Yurena. Era su día libre y durante mi estancia en el bed and breakfast uno de los guests trabajaba en Port Arthur y nos dio entradas gratis para visitarlo. Port Arthur era una prisión. Inglaterra enviaba sus peores criminales a este lugar porque estaba alejado y era casi imposible escaparse. Una vez un prisionero intentó escaparse cubriéndose con la piel de un canguro muerto y haciendo ver que saltaba y así no ser visto. Lástima que el truco no funcionó y lo enviaron al Asylum: unas celdas en las que te pasabas un tiempo indefinido a base de pan y agua. Port Arthur finalmente tuvo que cerrar porque había más convictos en el Asylum que trabajando cosa que hizo que la fábrica/prisión no acabara de funcionar. Este lugar es también una de las razones por las que vine a Tasmania porque relata la historia de cómo Australia se fue poblando poco a poco.
Por la noche, al llegar al hostel, algunos chicos estaban tocando instrumentos y cuando acabaron me puse a hablar con ellos. Dio la casualidad que uno era del País Vasco. Fue interesante hablar con él sobre la relación que tiene el País Vasco con España. Lo pude identificar muy bien con la situación que tenemos entre Cataluña y el gobierno central.
Port Arthur

Las formas de las montañas más alejadas con el azul de fondo me hace pensar en un castillo excavado en roca. 

Al día siguiente, martes, fui a dar un paseo con el chico francés hasta llegar a la female factory, un lugar parecido a Port Arthur pero que estaba pensado sólo para tener prisioneras. Continuamos caminando y cuando llegó la hora de comer nos separamos porque yo llevaba mi lunch para hacer un picnic en uno de los parques de Hobart (el mismo donde estoy ahora escribiendo). Después de comer fui caminando en dirección hostel y me paré al ver un músico de calle tocando un instrumento que nunca había visto. A mi lado un hombre en bici se paró a escuchar también. Tenía el pelo canoso y largo y un colgante de madera alrededor de su cuello. Debería rondar los 50 años. Me acerqué a él y le pregunté si sabía qué instrumento era. Nos sentamos en el suelo a unos metros del músico y me contó que era un instrumento moderno, de sólo 4 años de antigüedad. De pronto el músico paró de tocar y nos dijo que no podía hacer música si estábamos allí hablando. Creo que le habíamos roto un poco la mística o la meditación en la que se encontraba mientras hacía la música. No lo acabé de entender pero seguimos caminando y nos paramos en un bar a tomar un café. Me explicó que era marinero, que había estado en la Antártida, que tocaba la flauta de Pan y que era escultor. Su nombre era Grant. Al cabo de unas horas se fue para ir a buscar su flauta y nos volvimos a encontrar en un parque en el medio de la ciudad donde tocó unas cuantas canciones. Seguidamente fuimos a cenar a un tailandés y quedamos para el día siguiente ir a visitar MONA.

La visita al museo fue súper divertida. MONA está lleno de arte abstracto y por eso es mejor no tratar de entender, sencillamente dejarse llevar. Si quieres a la entrada puedes coger una especie de ipod que te explica todas y cada una de las obras pero él me prohibió coger uno de ellos. Así que le hice caso. Como que él es de Hobart y ya había estado varias veces en el museo me explicó algunas de las obras. El fundador del museo es un millonario que tiene como hobbie coleccionar arte, y MONA es el resultado. Os recomiendo que echéis un vistazo a la página web.
Pasamos unas cuatro horas en el museo. Luego fuimos al hostel y nos preparamos la cena junto con otros chicos del hostel. Conocí a un chico que era medio alemán medio español. Igual que yo! Vaya casualidad! Hicimos una partida al billar. Durante el día Grant me había estado diciendo que de viernes a lunes se celebraba el woodenboat festival en Hobart. Muchos barcos de vela hechos de madera amarraban en el puerto de Hobart durante cuatro días y se organizaban múltiples eventos. Así que una idea bastante loca se empezó a formar dentro de mi cabeza…. Alargar mi estancia en Tasmania. Al despedirnos esa noche le pregunté a Grant si sería posible que yo viviera unos cuantos días en su barco. Aceptó y así es como al día siguiente empezó mi aventura de cuatro días viviendo en un barco de vela sin electricidad ni agua corriente.
Entrada del museo

Hmm.. interesante!

El ferrari que comió demasiado

La imagen muestra la digestión humana. Se alimenta la máquina tres veces al día y el alimento pasa por cada una de las fases de la digestión hasta que finalmente sale en forma de excremento. Qué locura, eh? La obra de arte se llama "Cloaca"

"La librería que vive". Esta obra de arte está hecha de tal manera que cada dos por tres trozos de cristal y de libro caen al suelo. 

El jueves me encontré con Yurena y fuimos a caminar a Mount Welington. Hacía un día precioso y había unas vistas espectaculares. Al bajar quedamos con Grant, fuimos cenar en una barra giratoria de sushi y Yurena nos llevó al barco que se encuentra en un puerto en un distrito un poco más alejado de Hobart. Debéis saber también que Grant se está preparando para hacer un viaje hasta Alaska así que el barco está en proceso de rehabilitación: herramientas aquí  y allá. El nombre del barco es Apache y como que lo ha estado arreglando aún no tiene el mástil puesto. Durante mi estancia no pude navegar pero fue increíble igualmente. Sabéis qué es levantarse por la mañana con el vaivén de las olas, salir a cubierta y sentir el sol combinado con el aire del mar? Te invade una sensación de felicidad y la única respuesta que puedes dar es una sonrisa.  
Yo en Mount Wellington

Mt. Wellington es considerado un lugar mágico. Era la montaña sagrada de los aborígenes.

Al día siguiente nuestro desayuno consistió en unas rebanadas de pan con mantequilla y bayas Goji por encima. Le ayudé a arreglar una parte del barco y a continuación cogimos las bicis para ir hasta Hobart. Grant está en contra de los motores; así que ni su barco tiene motor, ni tiene coche. Por eso las bicicletas! El problema era que mi bicicleta era bastante chatarra. Al llegar a Hobart respiré un aire muy diferente al de los días anteriores. En el puerto había muchos barcos piratas (yo los llamo así). Empezamos a caminar entre ellos y como que Grant es un conocido marinero nos invitaban a una copa a bordo de los barcos. Por la noche fuimos a uno que se llamaba Grandnuaile. Junto con otros marineros y entre ellos uno joven nos sentamos en un barco de remos e hicimos una vuelta por el puerto. Estuvimos unas cuantas horas. Grant, con su flauta de Pan se subía a los barcos y tocaba des de lo alto… Mágico. Al final cogimos las bicicletas y volvimos a Apache.
Feliz sobre Apache.

El barco lo construyó todo Grant. El que veis al lado también lo está reparando para venderlo y ganar dinero para su viaje. 

The wooden boat festival! Cómo lucen los mástiles de los barcos...

Al día siguiente dejamos mi bici en nuestro puerto y me senté detrás de Grant en su bici. Aquí no es muy típico llevar a alguien detrás así que la gente se giraba para mirarnos. Estuvimos paseando por el festival, oyendo música, conociendo otros marineros y por la noche volvimos a Grandnuaile. Salí de fiesta con dos chicos australianos y fue muy divertido.
Grant preparando el café sobre el barco. 

Al mirar esta foto desearía hacer un salto, enrolarme en la tripulación y surcar los mares a bordo del "Enterprize"

También barcos militares...


El domingo me enseño a ir en kayak. La idea era ir en kayak hasta el festival pero el agua estaba muy movida y el viento era fuerte así que yo fui caminando y él en kayak. Conocimos a un grupo de franceses que tocaban en la calle. Por la noche volvimos caminando acompañados siempre por la música de la flauta de Pan de Grant. 
Grant en su kayak a la que ha llamado cefalópodo. Hice la foto des del puente que se tiene que cruzar para llegar a Hobart. 

Black Swan

Lunes era el último día del festival. Cogí mis cosas del barco y me fui en bus hasta el hostel. Nos encontramos otra vez en el puerto. Había una cursa de veleros en la que competían los veleros que los niños habían construido el día anterior.  Era muy divertido ver como se caían al agua y se tiraban bombas de esponjas mojadas los unos a otros. El festival llegaba a su fin así que me fui a la entrada del puerto y me pasé horas y horas mirando como los barcos de vela salían del puerto usando el motor para llegar hasta el océano limpio con viento soplando. Una vez allí abrían sus velas y navegaban todos juntos hasta desaparecer tras el horizonte. De fondo las gaitas sonaban. Era como retroceder años atrás cuando sólo los pájaros de velas blancas se veían navegar entre las olas.
Esa misma noche nos despedimos durante la tarde porque yo tenía que poner una lavadora en el hostel. Por la noche nos encontramos en el hostel y preparamos la cena. Luego en bici fuimos hasta cerca del mar donde había un concierto y fuegos artificiales. Eso fue la despedida de Tasmania para mí. Al volver al hostel estuve hablando y pasé un buen rato con algunos de los chicos del hostel.
Al fondo todos los barcos de vela alejándose. 

Entremedio un hidroavión listo para alzar el vuelo

Los barquitos de los niños haciendo la cursa. La mayoría de ellos flotando al revés hihi

La solemnidad con la que se pasea por el océano te llena de calma y fuerza. 

Cambiar de perspectiva y ver el mundo des del agua. Será muy diferente? 

Hoy somos martes, y ahora sí, mi último día en Tasmania. Estoy segura que mañana por la mañana, sentada en el avión, mi corazón se encogerá. Por unas horas estaré alejada del mar, de barcos y me sentiré forastera en el aire. Des de ayer, que vuelvo a pisar tierra, tengo la sensación que todo se mueve como si me encontrara en un gran barco. Y quizás he estado toda mi vida viviendo en un barco porque tal y como Grant me ha ido repitiendo estos días "You are a sailor”. Aún no acabo de saber todo lo que se esconde detrás de esta frase pero puede ser que la voz salada del mar me esté envolviendo y poco a poco, sin yo darme cuenta, me esté arrastrando para pisar la tierra azul.




6 comentarios:

  1. Mi pirata... próxima estación La Antártida...? Eres marinero por tierra, mar y aire... Camina, vuela, navega.... Te estamos acompañando con un inmenso placer.<3<3<3<3

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  2. i el viatge continua! impacient per conèixer la pròxima parada :)

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  3. Uau!!! cada entrada és un nou món d'experiències... m'encanta seguir el teu viatge des de la distància, marinereta :) si vas a l'antàrtida saluda als pingüins de part meva. T'estimem.

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