Otra semana detrás de mí y más cosas para
explicar!
Con una receta que me pasó una amiga mía, hice
cheesecookies para los niños que adoran todo tipo de galletas y pasteles; así
que si tenéis ideas y recetas, no dudéis en pasarlas! También fuimos a hacer
snorkelling a una de las playas más turísticas de Golden Coast (obviamente lo
de ser turística no significa que sea la más bonita, sino la más cara). Fuimos
con Emilia (la vecina) y sus dos hijos. La mar estaba bastante cabreada así que
aparte de agua turbia no se podía ver mucho más… Y en las rocas donde
normalmente se divisan los peces, las olas golpeaban con fuerza así que era
peligroso acercarse. Aún así yo era feliz con mis gafas y tubo (que por cierto
me he traído el set des de Olot, qué freaky, no?) nadando de un lado para otro
al ritmo de las algas, que se movían elegantemente bajo las aguas. Eso sí, salí
tiritando del mar y Emilia se compadeció de mí y me compró un Hot chocolate.
También compró unas cuantas patatas fritas para compartir entre todos. Este
sábado volvemos a ir y los niños tienen muchas ganas de repetir aunque
todos esperamos que el tiempo nos acompañe mejor.
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La playa, con Tom y Harry. |
Tengo una buena anécdota para contar del
domingo… Estaba lavando la piscina (limpiando el suelo con una aspiradora así
rara especial para piscinas. Ni idea de que existieran estas cosas) cuando hice
un paso para un lado y noté que no encontraba apoyo. Me caí en un espacio que
había entre las maderas que forman la plataforma donde está construida la piscina.
Así que en cuestión de segundos un enorme morado empezó a formarse a lo largo
de mi pierna izquierda. No soy la que estrena esta caída; Michelle se cayó en
el mismo sitio el año pasado, pero creo que yo tuve más suerte que ella que
tuvo que estar tres semanas sin mover el pie. En cambio lo mío sólo han sido 20
minutos de levantar la pierna poniendo un poco de hielo encima de la herida
and… Back to work!
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De este arbol cojo las hojas y me hago una buenisima infusion con un ligero sabor a limon. |
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La piscina. Es muy divertido jugar en ella con los cuatro chicos. |
No sé si os llegaron las “breaking news” del
lunes en Sydney, donde un gihadista cogió como rehenes todos los clientes del
Lindt café que se encuentra en el centro de la ciudad. Aquí lo llamaron “the
Sydney’s siege” y causó mucho impacto sobre toda la población porque los actos
terroristas son muy raros en Australia, algunos ciudadanos estos días lo han
descrito como algo “inconcebible”. Pero sí, ha pasado en Australia, el país del mundo que se dice que
es más seguro se ha visto afectado por el miedo durante lo que duró el atentado
(unas 24 horas). Se cerró el acceso a la Sydney Opera House y al Harbour
Bridge. Se evacuaron algunos de los edificios próximos al café y se podían ver
unidades de policía distribuidas por toda la ciudad. La mayoría de rehenes
pudieron escapar. Cómo acabó todo? La madrugada del martes, a las 2 de la
mañana, el terrorista empezó a disparar y la policía se vio obligada a
intervenir. Murieron dos civiles y el terrorista. La entrada del café está
ahora llena de flores y durante unos días lo único que se ha visto en la
televisión han sido noticias relacionadas con el atentado: familia de los
fallecidos, información del gihadista, la operación policial que se hizo… Es bastante sorprendente la contundencia y
velocidad a la que actuamos cuando estas cosas pasan en nuestro terreno, en un
país que creemos que tiene la seguridad escrita en cada metro de tierra.
Mientras que en otras partes del mundo (que siempre queremos que estén lo más
alejadas posible) actos así son pan de cada día, y a una escala mucho mayor. A
veces pienso que la hipocresía que reina nuestra sociedad roza límites. Un
ejemplo reciente; estaba mirando el telenoticias en mi casa y se estaba dando
la noticia de la enfermera infectada de Ébola. La noticia a continuación
explicaba los miliones de personas que cada día mueren de esta enfermedad en
África. Me quedé confusa. Es como si nos pareciera justo que una especie de
plaga de guerras y enfermedades esté siempre presente dentro de una cúpula de
cristal que forma todo lo que llamamos “el tercer mundo”, pero que sea
totalmente intolerable que una pizca de los problemas que tienen allí a diario haga
acto de presencia en nuestras calles. Quiere decir eso que estamos dando ya una
parte del mundo por perdida? Y es que estos días he sentido a decir cosas como
“el oriente medio tendría que desaparecer”. Qué clase de convivencia es esa?
El mismo lunes también fui a un mercado local
en el que se venden productos de las granjas cercanas. Nosotras llevamos
lavandas y vendimos unas pocas.
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Casi todas las plantas que se ven al final son de nuestro jardin. Ogullosas de ellas! Aunque despues del ajetreo en el coche para transportarlas hasta alli se han quedado un poco pobres y por eso las hemos tenido que plantar con urgencia. |
El martes los dos chicos grandes no fueron al
instiuto porque des de allí se había organizado una excursión y ellos no tenían
ganas de ir. Lo que tenía que ser una mañana mirando Interstellar en el cine,
se convirtió en día en el shopping centre. Yo me quedé con Tom dando vueltas
mientras Michelle y Ben le compraban regalos. Finalmente fuimos a comer a un
restaurante tailandés. Yo me pedí un green curry, muy picante por cierto, pero
que fue bien para despejar.
El miércoles era el último día de colegio de
los cuatro chicos pero Tom prefirió quedarse en casa. Los tres juntos limpiamos
el coche por dentro y luego, a modo de recompensa, fuimos a la bakery a comprar pan
de verdad y un pastel (el pastel extremadamente dulce para mi gusto). Michelle
aprovechó para llevar a lavar el coche
por fuera y mientras tanto Tom y yo fuimos a un hobbie shop. Es una tienda con
toda clase de juguetes de coleccionistas. Allí compramos un puzle de 1000
piezas, que ya hemos acabado por cierto! Esa noche también “robamos” fuegos
artificiales con la mirada. En un pueblo cercano se hacía un espectáculo y de
vez en cuando veías como los colores multicolores de los fuegos se deslizaban
por las cortinas oscuras del cielo para que se pudieran ver des del balcón de
nuestra casa. Cada vez que divisábamos uno, gritábamos. Los niños estaban muy
emocionados. Fue bonito compartir ese momento con ellos. Cuando volví a entrar
me di cuenta que en los escasos quince minutos que había transcurrido fuera, un
mosquito me había picado a cada minuto transcurrido. A partir de ahora tendré
el repelente de mosquitos siempre a mano.
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Puzle acabado! Precioso, verdad? Seguramente lo enmarcaran. |
El jueves me gustó porque planté mis propias
lavandas! Se llama propagation. Coges un pequeño tallo de lavanda y lo plantas
para que salgan nuevas raíces y lavandas nuevas que luego puedes usar para
plantar por el jardín. Michelle hizo veggieburguers buenísimas y es por eso que
le he pedido la receta. A veces tengo la sensación que los niños cuando llegan
a casa están demasiado delante de la televisión y por eso me alegré cuando supe
que a James le habían regalado por “l’amic invisible” una máquina para hacer
globos de agua. Era muy divertido oírles organizar el juego que tenían en
mente. Lo bueno de ser tantos hermanos es que enseguida puedes montar equipos.
En su caso tenían dos bases, cada una con una bandera y se trataba de robarla y
“matar” a los enemigos con los globos de agua.
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Michelle siempre hace hacer propagation a cada uno de los wwoofers que les vienen para asi, cuando se van, poder mirar alrededor y tener recuerdos de ellos. |
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Nuestro shadehouse se va llenando de plantas. |
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