Con solo mirar a mi alrededor hay distintas pruebas que me
indican que estoy en Tasmania. La primera y que noté nada más salir del avión
es el tiempo. Aquí es considerablemente más frío que por las otras zonas
australianas donde he estado hasta ahora. El viento sopla casi siempre y es
que, pensándolo bien, entre Africa y Tasmania sólo hay océano. Pero estoy
contenta porque de esta manera me siento mucho más cercana a todos vosotros
(con el frío y tal) y además toda esa ropa un poco más de abrigar que yo ya
estaba pensando que no tendría que utilizar durante este viaje, pues ahora me está
siendo de gran ayuda! Tal y como sabéis llegué a Hobart el 5 de enero y después
de aposentarme en el hostel salí para buscar algo de cena. Literalmente entré
casi corriendo al único take-away que aún tenía luz dentro: un sushi. Al día
siguiente tomé un bus que me llevó hasta Buckland y en la estación mis nuevos
hosts me vinieron a buscar. La verdad es que mientras estaba en el bus tenía la
sensación que me encontraba dentro del bus loco de Harry Potter: el conductor
conducía súper rápido entre calles estrechas sin apenas visibilidad, así que lo
mejor era mirar por la ventana y soñar despierta.
Dónde vivo, qué hago, con quién estoy… Supongo que son
preguntas que os habréis hecho estos días que os he mantenido sin ninguna
novedad. Aquí llegan respuestas!
Para empezar, vivo en una casita pequeña compartiendo con
tres japonesas y una chica de Francia. Durante la semana pasada también había
otras chicas de Alemania y Argentina pero ya se fueron. Los hosts (Chaxi y
Julian) viven en otra casa cercana a la nuestra. Y luego hay una última casa a
la que nosotros llamamos the main house
que sería el hotel/bed & breakfast. Hay un total de seis habitaciones. El
terreno que tienen, con vacas y corderitos pasturando, es grandísimo. También
hay un río que pasa a dos minutos de nuestra casa y que durante las lluvias
torrenciales que hubo hace unos día iba tan lleno que el puente quedó sumergido
y nosotras sitiadas. Afortunadamente sólo duró unas tres horas así.
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Nuestra casita. Como que no hay suficiente espacio una duerme en la caravana. En los días fríos encendemos the fireplace. Muy acogedor! |
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Lunch time. Pizzas, ensalada, trozos de salchicha y un poco de ensaladilla rusa.
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El paisaje que tenemos nada más salir de la casita... |
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Al fondo de la foto se aprecia el otro lado de la carretera... toda cubierta de agua! |
Mi día a día? Tenemos que trabajar entre cuatro y cinco
horas y a cambio podemos vivir en la casa y nos dan dinero para hacer la compra
dos veces a la semana. Hay dos opciones: o bien morning or evening. Morning
consiste en empezar más o menos hacia las 7:30, preparar desayuno, servirlo,
cafés y cuando los guests se han ido limpiar las habitaciones y los baños y
dejarlo todo preparado para cuando lleguen los nuevos. Evening es empezar a las
cuatro y preparar la cena, es decir, cocinar. La cena (no sé si me creeréis) se
sirve a las 6:30. Chaxi es de Tenerife y lo que han montado aquí es un hotel
que tiene como gran particularidad dar a conocer la comida española. Estoy
contenta porque estoy aprendiendo realmente a cocinar. Continuamente me veo con un bloc de notas
arriba y abajo apuntando las recetas que me gustan y que no son demasiado complicadas.
El caso es que los pobres australianos no tienen comida propia, sino que
reciben más bien las influencias británicas. Supongo que la comida australiana
de verdad será lo que comen los aborígenes… Bueno como típico tienen la carne
de canguro y aquí hay una variedad de vegetarianos bastante curiosa: los que
sólo comen carne de canguro.
Una vez a la semana tenemos libre. En mi caso me he cogido
los dos días libres juntos porque nos vamos de acampada y de excursión! Tengo
muchas ganas. Entre las actividades que he hecho estos días destacan los
múltiples paseos descubriendo la fauna y flora de Tasmania, ir en bicicleta,
canoeing, bañarse en el río, caminatas entre las rocas al lado del mar,
concierto de música aborigen, shopping en Hobart (única ciudad más o menos
poblada que se encuentra a una hora de aquí), stargazing (incluso ser capaz de
ver como una estrella fugaz cruza de punta a punta el cielo dejando toda la
cola tras de sí)… En nuestra visita a Hobart fuimos al museo de la historia de
Australia pero como que ya cerraban solo pudimos estar media hora. Mientras
hacía la turista por dentro del museo me paré al lado de un grupo de tres
personas que hablaban español con acento de Sud América. El hombre estaba
explicando cosas muy interesantes sobre Australia así que disimuladamente
escuché. Parece que el disimulo no es lo mío porque de repente dijo “esa chica
de allí es española”. Así que empecé a hablar con ellos y me enteré que era
marinero y que por ahora estaba en Hobart. Al decirle que vivía en Cataluña me
dijo que conocía a un catalán que estaba viviendo allí. Nos intercambiamos el
número por si cuando vuelva a Hobart nos podemos ver y así me continúa
explicando historias del mar.
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Ciclista contra el viento (o a favor de él) descubriendo qué se encuentra detrás de cada esquina de tierra |
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I aquest camí, tan fi, tan fi, qui sap on mena? |
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El tractor donde me estiro durante las noches estrelladas para contemplar el cielo |
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Canoeing time with Yuka :) |
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Aunque cueste de creer, aquí dentro hoy he visto un concierto de música aborigen combinada con instrumentso modernos. Muy experimental. Es una antigua fábrica donde se cortaba los troncos de los árboles en piezas pequeñas para enviarlo a China y hacer papel. Ahora lo reconvertirán en un centro cultural, con bar y sala de conciertos. Interesante, no? |
Tasmania… me gusta como suena. Toda la isla es como un
parque natural y mientras caminas sobre ella mejor que vayas con los ojos bien
abiertos para que no se te escape ningún animal. Por supuesto que hay las
temidas serpientes y arañas de siempre pero lo que realmente caracteriza
Tasmania es la cantidad de marsupiales que puedes encontrar. Y el mar… no quiero
llenar de palabras la foto que viene a continuación. Vividla vosotros mismos,
sentid su calma, e imaginad por unos instantes el sonido de las tímidas olas
rompiendo contra las rocas, o la luz del sol apareciendo y desapareciendo entre
las nubes pintando el lienzo del mar con distintos tonos azules…
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Y me pregunto quién es el loco que deja su corazón imprimido sobre las rocas de arena, a merced del viento, de la sal, de mi mirada. Quizás sea un viajero que sin querer haya dejado tras de sí mucho más de lo que creía. |